Hace unos días vi una entrevista a una
mujer que fue dada en adopción ilegal hace más de 30 años, ella se enteró
de que es adoptada sólo hace 5 años. El periodista le preguntó:
“¿Por qué quieres conocer a tus padres biológicos
si esa experiencia sólo podría traerte más dolor?” La mujer
respondió: “necesito permitirme el dolor para poder conectarme con lo
real”.
Para ella la vida que había tenido junto a sus
padres adoptivos, a pesar de haber sido una vida buena y cómoda, era una
mentira.
Prefería aún sentir el dolor de enfrentarse a una
madre biológica que la abandonó, a seguir viviendo dicha mentira.
El dolor parece no ser amigo de nuestra sociedad, sobretodo en estos tiempos en que todo
“debiera ser” suave, todo rápido, todo sin dolor.
El mensaje del evangelio, nos revela
una realidad muy distinta, a la corriente de nuestra sociedad:
“Tengan por sumo
gozo cuando pasen por diversas pruebas!”
(Santiago 1:2)
“A la verdad
ninguna disciplina parece ser causa de gozo al principio…”
(Hebreos 12:11)
El AT nos señala que el Mesías (Jesús)
sería conocido como
“varón de dolores,
experimentado en quebranto…”
(Isaías 53:3)
La disciplina y el
dolor son dos aspectos que constituyen lo que yo llamo “el lado B del
Evangelio”. ¿Por qué digo “el lado B”? Porque probablemente cuando llegamos a
Cristo, se nos predicó que Dios nos ama, que Dios es bueno, que Dios nos
conoce, se compadece de nosotros. Todas verdades reales y que
abrazamos con todo nuestro corazón. Si no fuera por la gracia de Dios, no
podríamos acceder a tener comunión con el Padre.
Sin embargo, seguramente no se nos
habló en aquel momento de la disciplina y el dolor que a menudo
experimentan los que siguen a Cristo. Probablemente descubrimos ese “lado B”
por nosotros mismo cuando pasamos por dolores, enfermedades,
incomprensiones y problemas de diversa índole.
No podemos pretender que no existe “el
lado B”. No nos gusta, pero es real y es parte
integral del evangelio, pasajes muy conocidos nos recuerdan esta realidad:
“Dios a todo aquel
que ama disciplina”
“nos gloriamos en
las tribulaciones”
¿Por qué son necesarias la disciplina y
la tribulación? ¿no sería más fácil que una vez que conocemos a Cristo se
acaben los problemas? ¿No sería más fácil incluso que más gente se convierta al
ver la vida sin problemas que llevan los cristianos en comparación con ellos?
La verdad todo sería más fácil, pero nos saltaríamos un paso importantísimo de
la obra de redención:
Ser transformados a la imagen de
Cristo.
En la disciplina y el dolor:
* Nos
conectamos con el dolor humano y experimentamos la compasión
del
Padre(Juan 10:33).
* Aprendemos ser pacientes y tener esperanza
(Romanos 5:3-4).
* Damos fruto
espiritual (Hebreos 12:11).
* Es una oportunidad de sentir el amor y apoyo de la familia de
Dios (Filip. 4:10).
* Desarrollamos tolerancia y adaptación en situaciones adversas (Filip. 4:12-13).
Hay muchas cosas más que aprendemos durante las
pruebas.
Sin embargo malentenderíamos el evangelio si
pensáramos que debiésemos buscar que nos pasen cosas malas. No deberíamos tener
nuestra identidad basada en los dolores, las enfermedades, las miserias de la
vida humana. No es el plan de Dios para nosotros el hacernos sufrir. Sin
embargo,
un
entendimiento claro del evangelio involucra, simplemente aceptar esta verdad:
que la vida tiene de todo…de dulce y de amargo y que a todos, cristianos
o no cristiano, nos toca vivir ambos lados de la vida.
Quienes conocemos a Dios tenemos esta esperanza:
“A los que aman al Señor TODAS las cosas
les ayudan a bien”
(Romanos 8:28)
Que Dios les
bendiga!
Que buen mensaje! gracias.
ResponderEliminarme encanta ese versiculo " a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien" porque a traves del dolor somos fortalecidos, crecemos espiritualmente y podemos ver que aferrados al Señor en cada dificicultad, veremos su victoria, bendiciones Pastor, muy buena enseñanza
ResponderEliminarGracias Arlette! Qué bueno que te haya bendecido! Abrazos
EliminarMuy bien Pastor Javier, no todo es prosperidad y éxito. Aunque en Cristo tenemos todo y en El volvemos a nacer, en este mundo tendremos aflicción, pero guiados por su espíritu, tendremos vidas plenas, incluso en la adversidad, que como a todos en esta tierra nos tocara enfrentar, solo debemos confiar en Jesús, por que El, a vencido al mundo.
ResponderEliminarRecibamos la paz que viene del Padre, aquella que sobrepasa todo entendimiento.
Gracias Jorge! Un abrazo para ustedes por allá
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