miércoles, 4 de junio de 2014

El Lado B del Evangelio


Hace unos días vi una entrevista a una  mujer que fue dada en adopción ilegal hace más de 30 años, ella se enteró de que es adoptada sólo hace 5 años​. El periodista le preguntó: 
“¿Por qué quieres conocer a tus padres biológicos si esa experiencia sólo podría traerte más dolor?”  La mujer respondió: “necesito permitirme el dolor para poder conectarme con lo real”.
Para ella la vida que había tenido junto a sus padres adoptivos, a pesar de haber sido una vida buena y cómoda,  era una mentira.

Prefería aún sentir el dolor de enfrentarse a una madre biológica que la abandonó, a seguir viviendo dicha mentira.
El dolor parece no ser amigo​ de nuestra sociedad, sobretodo en estos tiempos en que  todo “debiera ser” suave, todo rápido, todo sin dolor.
El mensaje del evangelio, nos revela una realidad muy distinta, a la corriente de nuestra sociedad:
“Tengan por sumo gozo cuando pasen por diversas pruebas!”
(Santiago 1:2)
“A la verdad ninguna disciplina parece ser causa de gozo al principio…” 
(Hebreos 12:11)
El AT nos señala que el Mesías (Jesús) sería conocido como
“varón de dolores, experimentado en quebranto…” 
(Isaías 53:3)
La disciplina y el dolor son dos aspectos que constituyen lo que yo llamo “el lado B del Evangelio”. ¿P​or qué digo “el lado B”? Porque probablemente cuando llegamos a Cristo, se nos predicó que Dios nos ama, que Dios es bueno, que Dios nos conoce, se compadece de nosotros.  Todas verdades reales y que abrazamos con todo nuestro corazón. Si no fuera por la gracia de Dios, no podríamos acceder a tener comunión con el Padre. 
Sin embargo, seguramente no se nos habló en aquel​ momento de la disciplina y el dolor que a menudo experimentan los que siguen a Cristo. Probablemente descubrimos ese “lado B” por nosotros mismo cuando pasamos por ​dolores, enfermedades, incomprensiones y ​problemas de diversa índole.
No podemos pretender que no existe “el lado B”. No nos gusta, p​ero es real y es parte integral del evangelio, pasajes muy conocidos nos recuerdan esta realidad:​

“Dios a todo aquel que ama disciplina”
“nos gloriamos en las tribulaciones”

¿Por qué son necesarias la disciplina y la tribulación? ¿no sería más fácil que una vez que conocemos a Cristo se acaben los problemas? ¿No sería más fácil incluso que más gente se convierta al ver la vida sin problemas que llevan los cristianos en comparación con ellos? La verdad todo sería más fácil, pero nos saltaríamos un paso importantísimo de la obra de redención: 
Ser transformados a la imagen de Cristo.
En la disciplina y el dolor:
* ​Nos conectamos con el dolor humano y experimentamos la compasión 
​   del  Padre​(Juan 10:33).​
​* ​Aprendemos ser pacientes y tener esperanza (Romanos 5:3-4).​
* ​D​amos fruto espiritual (Hebreos 12:11).​
* E​s una oportunidad de sentir el amor y apoyo de la familia de Dios (Filip​.​ 4:10).​
​* D​esarr​ollamos tolerancia y adaptación en situaciones adversas​ (Filip. 4:12-13)​.​

Hay muchas cosas más que aprendemos durante las pruebas.
​Sin embargo malentenderíamos el evangelio si pensáramos que debiésemos buscar que nos pasen cosas malas. No deberíamos tener nuestra identidad basada en los dolores, las enfermedades, las miserias de la vida humana. No es el plan de Dios para nosotros el hacernos sufrir. Sin embargo, 
​u​n entendimiento claro del evangelio involucra, simplemente aceptar esta verdad: que la vida tiene de todo…de dulce y de amargo​ y que a todos, cristianos o no cristiano, nos toca vivir ambos lados de la vida. 
Quienes  conocemos a Dios tenemos esta esperanza: 
“A los que aman al Señor TODAS las cosas 
les ayudan a bien” 
(Romanos 8:28)


Que Dios les bendiga!

5 comentarios:

  1. me encanta ese versiculo " a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien" porque a traves del dolor somos fortalecidos, crecemos espiritualmente y podemos ver que aferrados al Señor en cada dificicultad, veremos su victoria, bendiciones Pastor, muy buena enseñanza

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  2. Muy bien Pastor Javier, no todo es prosperidad y éxito. Aunque en Cristo tenemos todo y en El volvemos a nacer, en este mundo tendremos aflicción, pero guiados por su espíritu, tendremos vidas plenas, incluso en la adversidad, que como a todos en esta tierra nos tocara enfrentar, solo debemos confiar en Jesús, por que El, a vencido al mundo.
    Recibamos la paz que viene del Padre, aquella que sobrepasa todo entendimiento.

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