En septiembre de 2011, todo mi país se
detuvo por un día debido a la muerte de un animador chileno de TV, uno de los
más reconocidos en nuestro país. Su nombre era Felipe Camiroaga. Su trágica e
inesperada muerte, ocurrió en un accidente de avión mientras iba a ayudar a las
víctimas del terremoto que tuvimos en el año 2010. Un hombre joven y muy
querido por todos. Su repentina muerte causó conmoción en nuestro país.
Recuerdo muy bien el día de su funeral, el país entero se paralizó. Todos nos
detuvimos en algún momento de nuestras labores diarias para ver por televisión el
féretro de Felipe siendo llevado por las calles de Santiago de Chile y
recibiendo el homenaje del pueblo, camino al cementerio.
Hoy, al recordar ese episodio, me
pregunto, ¿qué cosas que ocurren alrededor mío son tan importantes que me hacen
a detener mi vida y las cosas que hago, para enfocarme en aquello que es más
importante?
Para el pueblo de Israel aquello más
importante era la presencia de Dios, representada en el arca del pacto: «Cuando vean el arca del pacto del Señor su
Dios, y a los sacerdotes levitas que la llevan, abandonen sus puestos y
pónganse en marcha detrás de ella. 4 Así sabrán por dónde ir, pues nunca antes han pasado por ese camino.” – Josué 3:3-4
La orden de Dios poco antes de la batalla de
Jericó, era que cuando pasara el arca del pacto (símbolo de presencia de Dios) que todo el pueblo dejara
sus labores y adore Su presencia.
El Salmo 47:10-11dice: «Quédense quietos, reconozcan que yo soy
Dios.
¡Yo seré exaltado
entre las naciones!
¡Yo seré enaltecido
en la tierra!»
11 El Señor
Todopoderoso está con nosotros;
nuestro refugio es
el Dios de Jacob.”
Cuando asumió el trono de Israel, el rey
Salomón era muy joven y había toda una conspiración en su contra de parte
muchas personas para arrebatarle el trono. Sin embargo, en medio de la
conspiración, Salomón se detuvo y Dios le habló: “pídeme lo que quieras…”(1Reyes 3:5). Salomón pidió sabiduría para
gobernar, y a cambio Dios afirmó su reinado (1Reyes 3:10-14).
Quizá hay amenazas que se levantan como
fantasmas de temor sobre tu vida, quizá sospechas que personas están
conspirando contra ti para obtener tu trabajo, para dejarte mal con otras
personas, etc. Si yo fuera tu amigo o tu asesor, o tu pastor, creo que el mejor
consejo que podría darte es el siguiente: detén todo y toma un tiempo
para estar en Su presencia. Te aseguro que Su paz vendrá sobre ti y te dará la
sabiduría necesaria para enfrentar cualquier obstáculo.
Si mantenemos los ojos en Jesús, “el
autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:2), Su presencia irá con nosotros
dando sentido y dirección a todo lo que hacemos.
“…poned la mira en las cosas de arriba y no en las de la tierra porque
habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.” (Colosenses 3:2)
Él está contigo, sólo Él es tu refugio
Bendiciones para ti.