martes, 31 de mayo de 2016

CUANDO DIOS NOS LLAMA A HACER UNA PAUSA

Sucedió hace 2 semanas. Venía conduciendo después de una animada reunión seguida de un almuerzo con pastores y sentí un fuerte dolor de cabeza…lo atribui a la falta de descanso…el dolor persistió durante todo el trayecto hacia la siguiente iglesia donde debía ir. Ahí muy amablemente personas oraron por mí y se pasó por un momento, pero sólo requirió que volviese a conducir para que el dolor de cabeza volviese y se hiciera cada vez más intenso. Conduje mi vehículo por una hora y media en medio del tráfico de Santiago. Hasta que llegué cerca del lugar donde vivo, y pasé a una farmacia para chequear mi presión arterial: 17.9…por primera vez en mi vida había experimentado un alza de presión. Llegué a casa, dormí por dos horas y se me pasó… confieso que me asusté. Me asusté por mí, por mi familia, por la Iglesia…fue una advertencia de volver a cuidar mi salud y…aprender a hacer pausas en la vida.
En la vida y el ministerio existen tiempos de mucha actividad pero también hay tiempos de pausa. Nuestra sociedad occidental, adicta a la aprobación y el logro, pone en un alto pedestal la meta cumplida, el desempeño y casi menosprecia los tiempos en los cuales nos detenemos. Por lo tanto los seres humanos asociamos nuestra identidad al logro más que a la reflexión y el descanso.
La mente sin descanso no toma buenas decisiones, el cuerpo sin descanso y ejercicio colapsa tarde o temprano, el auto sin descanso ni revisión periódica, falla, la casa sin arreglos se destruye, el alma sin reposo espiritual pierde la dirección de la vida, la iglesia sin descanso se quema.
Los efectos positivos del descanso y la pausa son muy evidentes: ayer compartí en las redes sociales acerca de un rey  en la Biblia que decidió dejar de pelear por un tiempo y eso trajo efectos muy beneficiosos, no sólo a su persona sino a todo su país. Se trata del rey Roboam:
A pesar de que su hermano Jeroboam, dividió el reino,  Roboam obedeció a Dios y no atacó para recuperar el terreno perdido.  Pero esa pausa le sirvió para  consolidar su reino. (2Cr.11:1-4). Esa pausa trajo muchos beneficios, los cuales la Biblia concentra en dos grandes áreas: Roboam se dio esa pausa para fortalecer las ciudades que tenía (11:5-12) y además consiguió el apoyo de los sacerdotes, lo cual contribuyó grandemente a la unidad espiritual y política de su reino (11:13-17).
Si estás en un tiempo en que parece no haber avance en tu trabajo, iglesia u otra área de la vida, quizá es la pausa que Dios está ocasionando para volverte a enfocar en Él, para volver a abrazar la visión perdida, para que recuperes la vida familiar, la salud, etc. Aprovecha de fortalecer las áreas débiles de lo que ya tienes. Si has dejado un poco de lado tu vida adoración íntima con Dios, este es el tiempo de retomarla, si has estado trabajando febrilmente pero no has invertido en reflexionar sobre la visión de tu empresa, ministerio o emprendimiento, este puede ser el tiempo de hacerlo.  
Por último quiero dejarles con este pensamiento. Salmo 46:10 «Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios ¡Yo seré exaltado entre las naciones!   ¡Yo seré enaltecido en la tierra!»
Exaltar a Dios, no sólo significa que Dios se glorifique a través de tus acciones, sino soltar el control y descansar en Él para que Él sea reconocido. Cuando decidimos descansar en Él, Él se glorifica. Bendiciones para todos.


lunes, 16 de mayo de 2016


«Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos.»
Marcos 10:43-44 NVI
Las personas siempre proyectan hacia afuera lo que sienten por dentro.
Alguna vez has interactuado con una persona que tiene una mala actitud, a pesar de que no pudiste señalar exactamente qué era lo que era lo que te hacía sospecharlo?
Aquí hay 6 actitudes comunes que pueden arruinar a un equipo:
1. Incapacidad de admitir errores.
2. Falta de perdón
3. Celos
4. La enfermedad del ego
5. Espíritu crítico
6. La necesidad de atribuirse el crédito. Ciertamente estas no son todas las actitudes que pueden dañar a un equipo, pero son las más comunes.  En otras palabras, la mayoría de las malas actitudes se originan en el egoísmo. Si hay un compañero de equipo que minimiza a otros, sabotea el trabajo en equipo, trata de llamar la atención  por sobre el resto del equipo, entonces has encontrado a alguien que tiene una mala actitud. (Escrito por John Maxwell)

miércoles, 11 de mayo de 2016

Prefieres una carrera o prefieres a Jesús?


En 1994, John Wimber dio una entrevista a la revista británica Worship Together (Adoremos Juntos). A continuación, les comparto un extracto de ella:
"Durante los últimos 6 meses he estado leyendo algunos de los autores clásicos evangélicos. Entre ellos, el libro titulado “El Secreto Cristiano de una Vida Feliz” escrito por Hannah Whithall Smith. Alguien me regaló una copia de este libro a las tres semanas de convertirme. La lectura de este libro me proporcionó un contexto para mi espiritualidad y un fundamento para confiar y obedecer a Dios. Libros como éste me han enseñado que buscar a Dios para obtener experiencias y dones es algo superficial: ¡Estamos llamados simplemente a buscar a Dios! He predicado muchas veces que estamos llamados a servir a Dios con reverencia, con todo nuestro ser, con todo nuestro corazón. Enfatizando que si Dios es tu tesoro en la vida, no podría garantizarte ni que tus hijos sean felices, ni que tu esposa te va a amar por siempre…pero te garantizo que si tu deseo es Jesús, vas a tener a Jesús y podrás caminar con Él todos los días de tu vida.
Cuando comencé con este cáncer hace un año atrás, estaba espantado cuando la gente de mi propia iglesia me preguntaba, “¿No tienes miedo de que te vas a morir?” Después de que unas cincuenta personas me preguntaron lo mismo, me di cuenta de que no había enseñado realmente la verdad de la palabra a mi congregación. Tuve que pararme frente a mi congregación y decir: “En junio de 1963 este hombre murió. Y todo lo que le ha ocurrido a partir de ese momento ha sido Jesús.  No estoy tratando de retener mi vida; yo renuncié a mi vida.”
Cuando me convertí a Cristo, yo era un músico que tenía dos grabaciones entre los 10 primeros lugares en los Estados Unidos, estaba consolidando mi carrera después de 13 años de arduo trabajo. pero Dios me habló en una parábola de tan sólo dos líneas (“La Perla de Gran Precio”). Me dijo: “Quiero tu carrera. Entrégamela a mi”. Él no me dijo: “dámela y te daré una carrera como pastor, ministro de música, o un ministerio musical que se extienda por muchas naciones del mundo”. No. Él dijo: “dame todo, liquida todos tus bienes y yo te daré la perla”. Ahora, la perla no es una carrera nueva o la oportunidad de hacerte un nombre para ti mismo como compositor o como líder. Ni siquiera la habilidad de sostenerte a ti mismo con esa profesión. Si la motivación de tus líderes al involucrarse en la adoración de la Iglesia Local es hacerse una carrera de tiempo completo de ello, probablemente se van a decepcionar.

La perla es Jesús. Y si ellos se enfocan en Él, probablemente van a dirigirse justo al centro de este avivamiento y saldrán ilesos. Por supuesto que van a tener que enfrentar muchas cosas, pero van a pasar a través de ellas de una manera piadosa y podrán estar delante de Dios sin avergonzarse habiendo sido usados por Dios para traer refrigerio del Espíritu a toda una nación y a través de esa nación, probablemente a todo un continente."

martes, 3 de mayo de 2016


¿QUIÉN ERES TÚ?
Juan 1:19-28 19 Éste es el testimonio de Juan cuando los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a preguntarle quién era. 20 No se negó a declararlo, sino que confesó con franqueza:
—Yo no soy el Cristo.21 —¿Quién eres entonces? —le preguntaron—. ¿Acaso eres Elías?—No lo soy.—¿Eres el profeta?—No lo soy.22 —¿Entonces quién eres? ¡Tenemos que llevar una respuesta a los que nos enviaron! ¿Cómo te ves a ti mismo?23 —Yo soy la voz del que grita en el desierto: “Enderecen el camino del Señor” —respondió Juan, con las palabras del profeta Isaías.24 Algunos que habían sido enviados por los fariseos 25 lo interrogaron:—Pues si no eres el Cristo, ni Elías ni el profeta, ¿por qué bautizas?26 —Yo bautizo con agua, pero entre ustedes hay alguien a quien no conocen, 27 y que viene después de mí, al cual yo no soy digno ni siquiera de desatarle la correa de las sandalias.28 Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del río Jordán, donde Juan estaba bautizando.
 Este pasaje relata el testimonio de Juan el Bautista mientras estaba siendo interrogado por los mensajeros enviados por los sacerdotes y levitas de Jerusalén. Ellos no venían a oírle predicar, para arrepentirse o conocer mejor a Dios. Estaban satisfechos con sus propios desempeños religiosos y sólo querían tener a Juan bajo su control, para que la gente no venga a la salvación. Cuando le preguntaron “¿quién eres?” Juan el Bautista les dejó bien en claro quién era y quién no era. Él se concentró en hacer las obras del reino y no en parecer una gran persona. En consecuencia, dirigió a la gente hacia Cristo.

¿Quién eres tú? ¿De qué manera lo que tú eres moldea la forma en que vives y lo que haces? Necesitas tener seguridad y claridad en quién eres tú en el reino de Dios hoy, para así poder guiar a otros efectivamente a Cristo para salvación. Tú solamente puedes evaluarte a ti mismo en forma correcta y acercar a otros a Cristo sólo hasta el punto en que tú le
conoces. Necesitas ser humilde para tener un punto de vista correcto acerca de quién tú eres. Recuerda, sin importar cuánta unción haya sobre ti, tú no eres Cristo. Eres simplemente una voz de Cristo para atraer a otros hacia Él. Hasta que no estés haciendo esto, no serás lo que debes ser.
Oración: Señor, ayúdame a entender quién soy yo y a nunca perderlo de vista