(El presente artículo
tiene la forma de una carta ya que lo acabo de enviar así a los hermanos de
nuestra iglesia después de nuestro Primer Retiro de Familias. Espero les
edifique)
El
fin de semana que pasó tuvimos un tiempo glorioso en la presencia de Dios.
En
este tiempo Dios sanó y consoló a muchos.
Hemos recibido correos de muchas personas agradecidas de Dios por este
tiempo tan particular de sanidad para nuestra iglesia. A algunos Dios les despertó de un letargo
espiritual, a otros les refresco el alma
que estaba pasando por tiempos secos.
Sin
embargo probablemente algunos de ustedes han experimentado ataques del enemigo,
justo después de este tiempo. Esto es
hasta cierto punto "normal" porque una de las cosas que más hace Satanás
es robar: él quiere robarte el gozo, la sanidad recibida y para eso va a usar a
tus hijos, a tu cónyuge a tu papá, a tu mamá... tu jefe, a quién sea porque quiere quitarte el gozo
que obtuviste de ver libre tu vida de estas cosas. Hay un pasaje bíblico en el cual se menciona
a un profeta que se llamaba Elías, quien había matado a los sacerdotes del dios
Baal, restaurando así el culto al verdadero Dios en Israel. (1Reyes 18:20-40)
INMEDIATAMENTE
después de ese hecho glorioso, la mujer del rey llamada Jezabel, amenazó a Elías
con matarlo por haber hecho eso. Este
hecho generó en Elías tal temor que le llevó a ocultarse (1Reyes 19:1-3).
Caminó hasta un lugar en el desierto donde se sentó bajo un arbusto y clamó: «¡Estoy harto, Señor! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis
antepasados.» (1Reyes 19:4) SÓLO ALGUNAS HORAS DESPUÉS DE
HABER VISTO UN ENORME MILAGRO DE DIOS ELÍAS TENÍA GANAS DE MORIRSE.
Cómo
es posible que un hombre de Dios como Elías, después de haber visto una señal
tan potente de Dios, ver la victoria sobre sus enemigos y ver llover a su
mandato, pudo sentirse tan impotente inmediatamente después? Si pudiésemos
verlo desde otro ángulo más sicológico, podríamos decir que Elías cayó en una
suerte de angustia, debido al cansancio de la tremenda lucha experimentada y
los kilómetros recorridos a pie después de esta, lo cual no le dejó fuerzas
para sobreponerse a la amenaza de Jezabel.
¿Cómo
Dios le guió a responder a este ataque a Elías justo después de esta gran
victoria? Su respuesta no fue el
"contrataque" inmediato como algunos podríamos suponer.
Lo
que Dios le indicó se puede resumir en 3 palabras:
1) Duerme: literalmente, no figurativamente.
Descansa. Duerme una buena siesta o acuéstate más temprano. Jesús mismo, después de sus extensas
jornadas con la multitud, sacaba a los discípulos a "un lugar
aparte" para descansar. Hazlo,
descansa. después de una jornada
espiritualmente fuerte, es lo más "espiritual" que puedes hacer.
2) Come: también comer puede ser en el sentido
literal, pero también tiene la connotación de "comer la
palabra". Estas son buenas
ocasiones para leer la palabra y dejar que ella te refresque y renueve tus
pensamientos. Comer abundantemente de ella.
Es bueno en estos momentos y oro que se transforme en un hábito de vida para
ti.
3) Levántate: Después de haber
dormido y comido, Dios le animó
diciéndole que tenía. Mucho más por hacer.
Deja que Dios te recuerde lo que Él te prometió, tu llamado. Si recibiste palabras y las anotaste, vuelve a leerlas. Ellas renuevan tu fe... y sigue adelante! Largo
camino te queda.
¡Bendiciones
para todos y que tengan buena semana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario