“SÓLO
CRISTO SALVA, SÓLO POR GRACIA, SÓLO POR FE, SÓLO LA ESCRITURA , SÓLO SEA LA GLORIA A DIOS”(Martín
Lutero)
Durante el reinado de Constantino 306 -337 DC (primer emperador
romano “cristiano”), el cristianismo se transformó en la religión oficial del
Imperio. Desde ese entonces, la
Iglesia de Roma (que después se autodenominaría “Católica”,
que significa “universal”), tomaría una preeminencia sin precedentes, no sólo
en la capital del imperio, sino en todo el Imperio dominado por Roma. Con la
“oficialización” de la fe cristiana y el
“involucramiento” e influencia de la iglesia en las decisiones políticas del
imperio, vino una distorsión de la misión original y un alejamiento cada vez
mayor de los principios del evangelio de Cristo. Esta situación permaneció por más de 10 siglos hasta
que entre los años 1300-1500, dentro del mismo seno de la Iglesia Católica se levantaron
hombres y mujeres que llamaban a un cambio radical y una vuelta a los
principios del Evangelio.
La siguiente es una lista de algunos de aquellos hombres y
mujeres que Dios usó para proclamar una vuelta a la esencia del Evangelio de
Cristo. Algunos de ellos son: John Wicliff, (1324-1384), John Huss (1373-1414),
Jerónimo Savoranola (1452-1498), Ulrico Zwinglio (1484-1531), Martín Bucer
(1491-1551), Guillermo Farel (1489-1565), William Tyndale (1496-1561) Juan
Calvino (1509-1564), Teodoro de Beza (1519-1605), Jhon Knox (1505-1572),
Katerina Von Bora (1499-1552), Felipe Melanchthon (1497–1560), etc. La mayoría de
ellos fueron perseguidos y aun pagaron con su vida el precio de proclamar la
verdad de Cristo.
La historia universal considera el 31 de octubre de 1517 como el inicio de la Reforma Protestante.
Entendemos por “Reforma”
el movimiento religioso iniciado por Martín Lutero,
sacerdote y teólogo católico, cuando clavó en la iglesia de
Wittenberg, Alemania, 95 tesis o propuestas en contra de la venta de
indulgencias (venta del perdón y la salvación) y algunas prácticas de la Iglesia Católica
(la autoridad e infalibilidad del Papa, los votos monásticos, el celibato, el
culto a los santos y a las reliquias, además de dogmas como la
transubstanciación, el purgatorio, la eucaristía y la salvación por obras). Las
tesis fueron escritas en latín y destinadas a los líderes y teólogos de la
iglesia, haciendo un llamado a dejar atrás las tradiciones y
normas humanas que distorsionaban la Escritura. Dicho
acto le costó la excomunión de la iglesia Católica y gran persecución por el resto de su vida.
Parte del legado e influencia que la vida de Lutero dejó fue: la
primera traducción del NT al alemán. Con esto la Biblia pudo ser leída y
accesible por primera vez en ese idioma. También Lutero sustituyó el culto en
latín (que el pueblo común no hablaba ni entendía) por el culto en alemán con
cantos en dicho idioma. Sin duda el elemento más relevante de su legado para
nosotros hoy fue que Lutero recibió una revelación divina respecto de la
necesidad del hombre de la
Gracia de Dios por sobre
las obras y esfuerzos humanos para alcanzar la salvación y la santidad.
Los
principios de la Reforma Protestante
son:
- Sólo
Cristo Salva.
- Somos
salvos sólo por gracia, por medio de la fe.
- Sólo
la Escritura
(la Biblia ) es
nuestra autoridad final en cuanto a la fe y la práctica.
- Sólo
a Dios sea la Gloria.
chevere kamarada...a proposito activá la opcion para seguirte en el blog...un abrazo!
ResponderEliminarCómo se hace eso amigo?? soy nuevo en el barrio.
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